Al realizar inversiones, una de las cosas más importantes es comprender completamente todos los riesgos que correrá. Saber qué riesgos vas a exponer te permitirá minimizar aquellos que no quieres diversificar o apoyar adecuadamente donde quieres enfocarte. Los bonos estructurados son productos de inversión financiera que permiten a las personas que invertirán obtener un buen rendimiento o, eventualmente, perder su capital, si corresponde, asociado con la evolución de un activo de referencia en particular. Te contamos todo lo que necesitas saber sobre los bonos estructurados.
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Acerca de los títulos estructurados
A diferencia de los depósitos, este tipo de inversión es más común en las carteras de clientes de banca privada. Los banqueros privados tienden a comercializar estos bonos a sus clientes centrándose solo en las características del bono, ignorando quién es el emisor y su riesgo crediticio.
Por ejemplo, pensemos en un bono garantizado que en 5 años devuelve el dinero invertido y además da la rentabilidad del Ibex35 (si fuera positiva). Esto parece una gran inversión: si las acciones suben, yo gano y si las acciones no suben, me devuelven mi dinero.
El problema es quién «garantiza» estos pagos porque hay buenos y malos avalistas. Peor aún, hay malos garantes que, de hecho, parecen muy buenos garantes. Y en este segmento teníamos, por ejemplo, a Lehman Brothers. Muchos clientes de banca privada perdieron mucho dinero, ya que habían invertido en valores garantizados por Lehman Brothers, a menudo sin saber que estaban garantizados por esta entidad. En el momento de la quiebra de Lehman en 2008, se convirtieron, como en el caso de las cuentas corrientes, en acreedores del banco. El proceso de reorganización judicial continúa hoy, nueve años después.
Perder dinero es parte del juego de la inversión, pero debes evitar pérdidas permanentes e irrecuperables. En el caso de Lehman Brothers (o instituciones financieras islandesas), el problema real fue que, en algunos casos, todos los ahorros de un cliente se invirtieron en estos bonos y, por lo tanto, la pérdida fue total y definitiva.
Como regla general, pregunte siempre quién es el garante de una transacción garantizada y vea si se sienten cómodos con el riesgo crediticio asociado. Nuestra recomendación es evitar los bonos estructurados, porque en realidad son inversiones con mayor margen para las instituciones financieras que los venden y que tienden a concentrar riesgos como el riesgo crediticio. Un portafolio diversificado y de bajo costo prescinde de este tipo de productos.
Cómo trabajan ellos
Los pagarés o bonos estructurados se consideran un producto híbrido que se construye utilizando dos o más instrumentos financieros, entre los que destacan los siguientes:
- Un activo de renta fija que brindará protección y retorno sobre el capital, en el caso de productos con capital protegido al vencimiento (acuerdo que no aparece en la nota estructurada analizada).
- Un instrumento derivado, generalmente opciones, que permite a la entidad emisora vincular la rentabilidad del producto a un activo.
De los diferentes tipos de notas o bonos estructurados, cotice:
- Valores con capital protegido hasta el vencimiento: el capital o un porcentaje del capital está garantizado hasta el vencimiento. Serían los lazos más seguros de su clase.
- Obligaciones con participación en el subyacente: la rentabilidad de la estructura está ligada a la evolución de un subyacente. Para ello, se determina un factor de participación que servirá para calcular el interés final devengado por el producto, normalmente este factor se encuentra entre el 70% – 100% de participación en la evolución del subyacente.
- Bonos de cupón digital: Pague un cupón determinado por adelantado si el activo subyacente alcanza un nivel predefinido en cualquiera de las fechas de observación designadas.
- Bonos reversibles: son productos estructurados con un corto plazo de inversión (1 a 2 años), sin el capital protegido y con una rentabilidad fija al vencimiento. El rendimiento del capital invertido está vinculado al rendimiento de un activo subyacente, generalmente una acción individual. Los convertibles reversibles generalmente tienen barreras de protección de capital que establecen la caída máxima que pueden tener las acciones para que los inversionistas no vean su capital convertido en acciones del objeto. En caso de conversión, el inversor obtendrá acciones devaluadas en la misma proporción que la caída del objeto desde el inicio del producto.
Tipos de bonos estructurados
Existen diferentes tipos de bonos estructurados. Los más comunes se pueden agrupar en cuatro categorías:
Valores con capital 100% garantizado al vencimiento
El capital o un porcentaje del capital está garantizado hasta el vencimiento. En el peor de los casos, el inversor solo se arriesga a obtener una rentabilidad cero. Son los bonos más seguros de su categoría.
Valores con participación en el activo subyacente
La rentabilidad de la estructura estructurada está vinculada a la evolución de un activo subyacente. Para ello, se determina un factor de participación, generalmente entre el 70 y el 100 por ciento, que se utilizará para calcular el interés final devengado por el producto.
Bono con cupones digitales
Pagan un cupón determinado por adelantado si el activo subyacente alcanza un nivel predefinido en cualquiera de las fechas de vigencia designadas.
Título convertible inverso
Son productos estructurados con un corto plazo de aplicación (uno a dos años), sin capital protegido y con una rentabilidad fija al vencimiento. El rendimiento del capital invertido está vinculado al rendimiento de un activo subyacente, generalmente una acción individual.
Riesgos de seguridad estructurados
Lo primero a considerar es que los valores estructurados no están protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos, lo que afecta su riesgo. Si bien son productos más rentables, no se debe olvidar que siempre están sujetos a los riesgos de la bolsa. El caso es que los fondos no siempre son una opción para los inversores conservadores, por lo que para este perfil los bancos ofrecen depósitos estructurados, un producto que no está exento de riesgos.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) considera que los valores estructurados son productos complejos y de alto riesgo. Especialistas también, ya que su configuración es difícil de entender para la gran mayoría de inversores. Por ello, aconsejan extremar las precauciones a la hora de contratar este tipo de producto.
Los valores estructurados tienen cuatro riesgos principales:
- Del emisor. En caso de quiebra, todo lo invertido se puede perder.
- Tasas de interés. Si las tasas de interés suben, el precio de los bonos bajará.
- La duración . Cuanto más largo sea el período de emisión, mayor será la volatilidad de la inversión.
- Liquidez. Generalmente, no es posible deshacer la inversión antes de la fecha de vencimiento definida por la entidad.
A estos riesgos hay que sumar los de los activos a los que se vincula la rentabilidad del bono y los riesgos asociados a los derivados que se utilizaron para hacer referencia a esos activos.
Asimismo, el Supremo Tribunal Federal se ha pronunciado en varias ocasiones sobre la comercialización de este tipo de productos, insistiendo en el deber de informar sobre los riesgos y la naturaleza del producto y en las funciones de valoración del cliente que incumben a las entidades.